Seminario de Teología

PARA VIVIR UNA VIDA EN PLENITUD

6.8 LAS FIESTAS DEL ANTIGUO PACTO REVELAN UNA PROGRESIÓN EN LA REVELACIÓN

LEVÍTICO 23, 25 (santas convocaciones)

Se relacionaban con fiestas agrícolas o acontecimientos históricos.

Seis fiestas era para gozarse y una se celebraba con tristeza.

DÍA DE DESCANSO: 23:3

Siguiendo el ejemplo de Dios que descansó al séptimo día.

Debía ser observado estrictamente bajo pena de maldición. Éxodo 31:14

Luego de la liberación de Egipto podían guardar el sábado. Deuteronomio 5:12-15.

El cristianismo lo observa el primer día de la semana Hechos 20:7, 1 Corintios 16:2, Apocalipsis 1:10.

PASCUAS (PANES SIN LEVADURA) 23:5-8

En la época de las lluvias tardías, en la cosecha de la cebada.

Una de las tres fiestas que debían peregrinar a Jerusalén (Pentecostés y tabernáculos)

Pan sin levadura, nación santa no vive en pecado.

Se sacrificaba un cordero por familia y se lo comía junto en la primera noche.

Se celebrara la salida de Egipto y la redención por el cordero pascual.

Éxodo 12:1-13:10

El primer día después de la pascua el sacerdote mecía la gavilla de cebada, era la primicia de las cosecha recién después se podía comer y cosechar.

Es figura de Cristo que resucitó el primer día después de la pascua, como primicia; de ahí es que se cambió el día de reposo.

Seminario de Teología «Para vivir una vida en plenitud» dictado por Juan Manuel Montané

PENTECOSTÉS (DE LAS SEMANAS)  23:15-21

Fin de la cosecha de trigo, cincuenta días después de la pascua.

Son las primicias del sustento básico.

Asimismo, en Pentecostés después de la ascensión de Cristo se derramó el Espíritu Santo como primicias de una gran cosecha.

TROMPETAS (LUNA NUEVA) 23:23-25, Números 28:11-15. 29:1-6

El comienzo de cada mes (nueva luna) se proclama al son de la trompeta, ofreciendo sacrificio por el pecado, holocausto y oblaciones, pero al séptimo mes fin de las cosechas, el primer día del año civil se celebra esta festividad con gran gozo.

Era una preparación para el día de la expiación y para la fiesta de los tabernáculos.

Es una figura del anuncio de la segunda venida, la gran cosecha de almas y la fiesta perpetua. 1 Tesalonicenses 4:16-17,  1 Corintios 15:52. Romanos 11:25-26.

DÍA DE LA EXPIACIÓN. 16, 23:26-32

El tipo más perfecto del simbolismo mosaico acerca del Mesías.

El Sumo Sacerdote traía todos los pecados de Israel del año y los confesaba pidiendo perdón entraba al Lugar Santísimo y los expiaba sobre el propiciatorio.

Los preparativos: el pueblo no debía trabajar, debía afligir su alma, ayunando, demostrando humildad y tristeza por su pecado. El Sumo Sacerdote se purificaba con un baño, no usaba sus magníficas vestiduras sino sólo una túnica de lino blanco (pureza absoluta)

Expiación de los pecados del sacerdocio: entraba al Lugar Santísimo con la sangre de un becerro recién sacrificado, con el incensario lleno de brazas encendidas del altar del incienso y con los puños llenos de incienso. Los ponía sobre la brazas y el humo perfumado cubría el propiciatorio, es la oración que clama por perdón de pecados.

Luego rociaba la sangre siete veces sobre el propiciatorio, el lugar santo y el altar de bronce para expiar las faltas al ministrar y los pecados del sacerdocio.

Expiación por el pueblo: dos machos cabríos, uno dedicado a Jehová, al que se sacrificaba para expiación;  y el otro es Azazel, (quitar y enviar a otra parte: remisión) se confesaban las iniquidades, se ponían las manos sobre la cabeza y se lo enviaba al desierto para alejar la culpa, no sólo de Dios sino del pueblo. Salmo 103:2

Es figura de Jesucristo que entró de una vez por siempre en el Lugar Santísimo derramando su propia sangre, redimiéndonos eternamente. Hebreos 9:11-12

Sacerdocio intercesor, inmutable y eterno. Hebreos 7:24-25

FIESTA TABERNACULOS (23:33-43) la última de las fiestas, el fin de las cosechas.

Duraba ocho días, se conmemoraba peregrinaje en el desierto, construían enramadas y vivían en ellas.

Primer día: llevaban ramas de palmeras regocijándose que Dios le había dado gracia para soportar los sinsabores del desierto hacia la tierra que fluye leche y miel.

Ultimo día:  se celebraba la provisión de agua en el desierto. Juan 7:37-39

AÑO SABÁTICO (25:1-7)

La tierra debía descansar, un año cada siete sin sembrar ni cosechar.

Dios daría una cosecha abundante en el sexto año. 25:18-22

Debían perdonar deudores y liberar a los esclavos.

Deuteronomio 15:1-11 Exodo21:2-6

No era un año de ocio, los sacerdotes y levita debían enseñar la palabra de Dios.

Deuteronomio 31:10-13.

Esta ley no se observó nunca, y es una de las causas del cautiverio babilónico.

2 Crónicas 36:21

AÑO DEL JUBILEO (25:8:22) Dos años de descanso cada 50 años.

Las posesiones volvían a los dueños originales, freno a la riqueza.

Un reconocimiento que la tierra es de Jehová y nosotros forasteros hacia lo celestial.

Jesús vino a proclamar el año del jubileo Isaías 61:1-2

Las fiestas judías nos revelan una progresión

Si tomamos las tres fiestas judías principales: la Pascua, el Pentecostés y la fiesta de los Tabernáculos, podemos ver que no son simplemente tres fiestas históricas del Estado de Israel.

La Pascua simboliza la liberación de la cautividad de Egipto.

El Pentecostés, cuando recibieron en el monte Sinaí las tablas de la ley.

Y los Tabernáculos era la fiesta de la cosecha final, que se hacía a fin de año.

Podemos ver que hay una progresión:

La Pascua representa nuestra salvación.  Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.

El Pentecostés, donde descendió la ley en las tablas, representa para nosotros cuando descendió el Espíritu Santo.

Pascua es la salvación por la fe en Jesucristo. Jesucristo, el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo por su sangre.

Pentecostés es la venida del Espíritu de Dios, el cual hizo subir a Jesús hasta los cielos.

Y los Tabernáculos, que para ellos era la plenitud de la cosecha, para nosotros representa la plenitud de la vida de Dios, de la herencia de Dios en nosotros.

1) Tú puedes ser un cristiano de la Pascua, puedes haber puesto tu fe en la sangre del Cordero.  Quizás has nacido de nuevo, has sido regenerado por la palabra de Dios y por el Espíritu de Dios.  Pero te has quedado ahí, te quedaste en la Pascua, te quedaste en el nivel de la salvación, y no has avanzado desde que te has convertido. Sin embargo, la progresión de Dios te revela un segundo paso, un caminar hacia delante, hacia otra dimensión mucho más amplia de la salvación.

2) La dimensión del Pentecostés: es la dimensión del Espíritu, de los carismas y los dones espirituales. Es la recepción del bautismo del Espíritu Santo, del don del poder para evangelizar.  Es el cielo que se abre sobre ti, es el poder de Dios que desciende desde arriba hacia ti.  Es la capacidad de vivir lo sobrenatural cada día de tu vida.  Es la capacidad que Dios te da para ganar almas y para llevar todo pensamiento cautivo a los pies de Dios.  Es una dimensión más amplia. Hay cristianos que se quedan en la primera dimensión. Hay otros que quieren ir más lejos, que tienen más hambre y van hacia la segunda.

3) Pero hay una tercera dimensión: la adquisición de la plenitud de la herencia.

Esto no es solamente un caminar con la visión de lo que vas a tener en la eternidad.

La plenitud de lo que Dios te llama a vivir en esta dimensión terrestre es más que la salvación, es más que andar en el Espíritu y tener los dones del Espíritu. ¡Es la fiesta de la plenitud: es una relación personal con el Padre, es una revelación de la Paternidad de Dios!

La Pascua corresponde a la persona del Hijo en la divinidad: Cristo es muerto por nuestros pecados, Él es nuestra Pascua. Pentecostés corresponde a un caminar, una marcha con la tercera persona de la trinidad: el Espíritu Santo. Pero la tercera dimensión, la fiesta de los Tabernáculos, no es simplemente la salvación, el estar con el Hijo ni con el Espíritu Santo, sino una comunión íntima y plena con el Padre.

La Pascua corresponde al Hijo, el Pentecostés al Espíritu Santo y la fiesta de los Tabernáculos al Padre.

Hay una progresión desde la Pascua hasta el Pentecostés, y otra desde ésta hasta la fiesta de los Tabernáculos, donde está el Padre. Las tres fiestas judías corresponden a las tres partes del tabernáculo, a las tres etapas de la creación en el libro de Génesis: lo material, lo espiritual y lo divino.  Corresponden a la salvación, la vida del Espíritu y la paternidad de Dios.

Seminario de Teología «Para vivir una vida en plenitud» dictado por Juan Manuel Montané

Navegación en la entrada única

Deja un comentario